Primavera [Alita's Gift]

el calor del sol sobre la piel... la frescura del aire acariciando su cara... y el toque perfecto: esos brazos rodeándole la cintura.
Giró su cuerpo lentamente para verle la cara al chico que yacía a su lado durmiendo y contemplar el rostro pacífico de aquel ángel humano dormido en su misma cama. Le acarició la mejilla y besó sus labios rosados suavemente. Se acomodó en sus brazos y cerró los ojos, para disfrutar más de la perfección de ese momento, respirando el perfume ligero de su piel bronceada.
El movimiento hizo reaccionar al joven, quien miró a Albert y le besó el cabello dorado. Wesker, al sentir  el beso, reaccionó también y le buscó la mirada. El chico le besó los labios dulcemente, y Albert le correspondió.

Quedaron abrazados por un rato, sin moverse ni dirigirse palabra o mirada alguna. Pasados los minutos, Albert tomó la palabra y, cálidamente le dijo a Chris.
-Vamos a dar un paseo, el día está clareado y será lindo-. Dicho esto, se puso de pie y comenzó a vestirse. Chris lo imitó y se puso un par de vaqueros mezclilla y una camisa gris de manga corta, zapatillas negras y su reloj. Albert, por su parte, pantalones de vestir negros, su camisa negra, su gabardina y los lentes oscuros. Salieron juntos del apartamento rentado y bajaron los 3 pisos. Chris, en la acera, acercó su brazo a Albert, quien le tomó de la mano y entrelazó sus dedos en la mano de su amado.

Pasearon por el malecón de una ciudad fantasma, que desconocían por completo, y que los desconocía igualmente. Entraron a un pequeño mirador y contemplaron la mar embravecida que rompía sobre la playa pacífica de media mañana.
Chris tomó la mano de Albert y lo condujo a una plaza comercial. Miró los escaparates, como un niño emocionado en navidad viendo los juguetes de los aparadores. Albert le seguía, complaciente, mirándole con amor, con una ligera sonrisa curvando sus labios y endulzando su expresión de asesino.
Pagó más de 3 docenas de caprichos de Chris, solo por hacerle feliz, y verle emocionado y sonriente, admirando como ese júbilo le iluminaba aún más las facciones y la expresión de ángel.

Al caer el atardecer estaban sentados en la orilla de la playa, viendo el horizonte dorado, fundiéndose con el escarlata en el cielo, para darle un matiz de encanto a la escena. La cabeza de Chris se posó suave sobre el hombro de Albert, quien reclinó su frente contra la del chico y le tomó la mano. Contemplaron como el sol se ponía a lo lejos y todo adquiría un toque dramáticamente triste. Albert se puso en pié y tendió su mano a Chris, quien se apoyó en él para ponerse en pié... Caminaron lentamente por las avenidas desiertas hasta su escondite, donde se detuvieron y se miraron a los ojos. Las manos de Albert se cerraron en torno a las correas de las bolsas en que venían las compras de su amante. Los ojos de Chris destellaron bajo la luz estática del portal.
Lentamente ambos cuerpos se acercaron, hasta formar casi un solo ser, y sus labios se fundieron en un magistral beso de amor, dando a la noche el calor que le hacía falta, y la frescura al cielo apagado...Todo lo demás se desvaneció y se apagaron todas las luces externas, dejando solo el fuego de sus corazones alumbrando el escenario...


La respiración se le agitó en el pecho. El sudor le recorría la cara y le empapaba la camisa. La oscuridad le invadía. La soledad se hacía presente de nuevo en la habitación, al darse cuenta de que solo había sido un sueño, que nunca había estado con su amado, y que nunca habían recorrido las calles de una costera desconocida... Las pupilas de Albert se adaptaron a la creciente oscuridad de la habitación, y sus oídos atendieron el golpeteo alocado de su corazón envuelto en las mareas de la pasión que se había desatado esa noche por quien el consideraba, el menos digno de siquiera uno de sus segundos...