martes, 17 de mayo de 2011

Tormentas

Un momento crucial se acercaba a la vida de Albert y Chris, pero ni uno sabía como ni cuando sus vidas se unirían más de lo que ya estaban...

Al atardecer, Chris caminaba lentamente por su oficina pensando... la última nota de Wesker lo había perturbado sobremanera, al grado de robarle el sueño, la conciencia, la vida entera...

-¡¡¡REDFIELD!!!. ¡DEJA DE HACER ESO O LE HARÁS UN AGUJERO AL SUELO, HOMBRE!!-los compalñeros en la oficina retaban a Chris cuando lo veían divagar ensimismado.

-¡Tengo que llamarle, Tengo que verlo!- Tomó el teléfono gris del escritorio y llamó a Jill, en busca de Wesker
-No, Chris, no se donde está Wes...-La voz de Jill se ahogó y se cortó sin más explicación...
-¿Por qué me buscas, niño?-La voz de Albert resonó en el fondo de la conciencia de Chris, mientras el corazón se le aceleraba en el fondo del pecho
-Necesito...que hablemos... frente a frente...-Reunió todo el valor que tenía y por fin pudo responder
-En tu apartamento, a las 9 de esta noche-Dicho esto, Albert cortó la comunicación.

Llegó temprano a casa, se duchó a conciencia, preparó una cena sencilla y esperó...
Pasadas las 11 tres golpes resonaron por la casa...

Instintivamente Chris se puso en pie y corrió a la puerta... el cañón de un revolver plateado le apuntaba al entrecejo.

-Dime de una vez que es lo que quieres, que no tengo todo tu tiempo, chiquillo-. La voz de Albert era fría y filosa, como la hoja de un cuchillo nuevo.

-Te amo-. Con esto, Chris se acercó a Albert y posó sus labios sobre los del rubio, dejándolo así bloqueado por completo.

Una oleada de pasión se despertó entre ellos... Chris no opuso resistencia cuando Albert lo condujo a la sala... Se dejó desvestir por las manos ansiosas de Albert... y se perdió en los besos fogosos que este le regalaba a cada instante, privándolo del aire para respirar, y sustituyendo ese aire por pasión...

Envueltos por las fuertes olas de una marea indomable de fuego y pasión, las caricias fueron subiendo la temperatura de ambos, llevándolos hasta el punto más alto de exitación y placer al estar uno entregándose al otro, complementándose...

Una caricia lenta por la espalda de Chris... un gemido suave, de los labios de Wesker... ese punto fugaz en donde, en un mismo orgasmo, ambas almas estallan en mil fragmentos recubiertos de lujuria y placer...

Agitados, quedan rendidos al alba sobre el suelo de la sala, abrazando Albert a Chris por la espalda, si dejar de poseerlo...

-Te quiero...-Las frágiles palabras sonaron como música a los oidos de Chris, quien, deseoso, buscó los labios de Albert para fundirse de nuevo en esos mágicos besos...

-Yo tambien...