domingo, 20 de febrero de 2011

Un segundo momento...

Meses habían pasado desde que Albert y Chris se encontraran, hablaran y supieran el uno del otro, y sin embargo, Albert no desaparecía de la mente del chiquillo... algo le faltaba desde la noche del bar... una noche que recordaba a medias, por el alcohol que corría entonces por sus venas, por la negrura, por la persona de quien se trataba, pero era verdad... sentía algo por Albert...

Estaba sentado en su oficina, con la mirada perdida sobre un altero de papeles engrapados, facturas de quién sabe que productos, y una caja de comida china vacía. No comprendía aún como, sabiendo que Albert era alguien que no estaba en la lista de los mejores prospectos del universo, pudo enamorarse de él... solo sabía qué sentía... qué tan fuerte sentía las cosas...

Alguien, entonces, de la nada, entró en su oficina

-Hola, pequeño, ¿Cómo estás?
-Ho..hola Jill.. Bien, bien, gracias... ¿Tú qué tal?
-Bien, Chris. ¿Vamos a comer algo? estoy muriendo de hambre...

Chris se puso en pie, y tomó su chaqueta, salió con Jill y cerró sin llave... en ese momento su mente estaba demasiado lejos, como para recordar echar el cerrojo a la oficina.

Pasó la comida, el postre, la charla, el café, todo con Jill, y sin embargo, no podía sacarse a Albert de la cabeza... Comenzaba a asustarse de esa idea: lo amaba...
Regresaron al cuartel, que estaba demasiado silencioso, para la costumbre del ruido y el movimiento... no había ni un solo rastro de vida...
-Cre..creo que yo me iré a casa- La voz de Jill sonaba angustiosa, como si temiera descubrir un cadáver, o algo peor en la oficina entreabierta de Chris...

Cuando pudo reaccionar, estaba Chris totalmente solo... algo flotaba en el aire... un vaporcillo helado, que se le adhería a la piel y entraba por ella hasta sus huesos... Dando un respiro fuerte, para armarse de valor, entró en su oficina y miró a todos lados... estaba vacía, y casi idéntica a como la había dejado, con la diferencia de que el envase de comida china no estaba, y en su lugar, un sobre amarillo con cinta plateada y rotulado ''UN INSTANTE''...

Tomó el sobre, lo vio a contra luz, pero no pudo distinguir su contenido, así que lo abrió lentamente... buscó el paquete que estaba dentro... dos fotografías y una carta...
''si esto se publica te atravesaré el cráneo sin piedad''... las fotografías mostraban aquel momento que pasó en brazos de Albert... esa noche, cuando la luz de la luna los unió en ese magistral beso... la sangre le hirvió por un instante...

Se acercó al escritorio, revolvió su contenido y sacó algo pequeño y helado...

Observó detenidamente las fotografías de nuevo y activó el encendedor... vio como la llama consumía las pruebas de ese romance imposible, que comenzaba a volverse adictivo en pensamiento... poco a poco el fuego volvió cenizas lo que tanto le había alterado por meses...

-Un momento más, uno menos... ¿Qué importa realmente?-

La llama le quemó las puntas de los dedos, mas no le importó mucho... quemó después el sobre y meditó un instante...

Tomó sus llaves, salió y echo el cerrojo... necesitaba pensar, el día aún no caía, y el bar estaba no muy lejos... caminaría un poco... correría... o tal vez solo iría a casa... la avenida le besaba los pies, mientras el viento le rozaba la frente...

-Bar...-